Cuando un diente está agrietado, cariado o dañado, es posible que deba colocarse una corona sobre el. Una corona es una cubierta permanente que se ajusta al diente original. Las coronas se pueden hacer en porcelana, Zirconio, feldespático, disilicato de litio u otros metales (metal base , oro) recubierto o no con porcelana o resinas acrílicas. Las coronas de porcelana suelen tener el aspecto más realista y es la porcelana de ultima generación, es la más fuerte y duradera entre todos los materiales. Las coronas pueden aclarar, remodelar y realinear los dientes existentes creando una sonrisa sana y vibrante. Si necesitas una corona, sabemos qué tipo de corona será la mejor para su tratamiento.

 

Para elaborar una corona se debe preparar el diente haciendo el desgaste necesario para eliminar caries y tejido dental para dar espacio a la restauración.  Esto se puede hacer durante tu primera visita. El odontólogo colocará anestesia y adormecerá el diente para evitar molestias durante la preparación dental y la toma de la impresión. Este es un proceso indoloro generalmente realizado en una visita. Luego se toma una impresión digital o análoga de tus dientes y se envía al laboratorio dental donde se elaboran las coronas definitivas y se personalizan de acuerdo con el color seleccionado, la forma y la oclusión (esto generalmente demora de uno a tres días dependiendo si la cita había sido programada con anterioridad o no). Mientras elaboramos la corona definitiva, tu diente debe permanecer protegido con una corona provisional elaborada en acrílico ya sea en el consultorio, si se inicia el tratamiento el mismo día de la primera consulta o en el laboratorio dental con técnicas manuales (Mezcla de polvo liquido) o computarizadas con tecnología CAD CAM, si la cita ya había sido programada anteriormente. Esta corona provisional no debe permanecer demasiado tiempo en boca ya que es cementada con un cemento temporal que solo dura unos pocos días debido a que esta se debe retirar una vez esté elaborada la corona definitiva.

 

En tu próxima visita, el odontólogo retira la corona provisional y coloca la corona permanente. Se asegura de que la corona tenga el aspecto y el ajuste adecuados y luego la cementa definitivamente en su lugar con el cemento indicado para cada biomaterial. Para que tu corona permanezca en perfectas condiciones debes  mantener una higiene dental adecuada, utilizando seda dental, crema, cepillo y enjuague bucal. Esto ayudará a mantener sanas, tanto las encías, como la restauración.  Evita masticar alimentos duros como el hielo o los pistachos, caramelos y huesos. Así mismo evita morder lapiceros, uñas y abrir elementos con tus dientes. Esto evitará que las coronas se quiebren o rompan. Con el cuidado adecuado, las coronas pueden durar varias décadas o toda la vida.

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